miércoles, 28 de octubre de 2009

Profesores y estudiantes haciéndose competentes con las TIC: una visión global.
Alejandra Bosco – U.A.B

1. Sobre la sociedad en que vivimos: cambio continuo, omnipresencia de las TIC y mucha información.
Los continuos avances científicos, los cambios e el medio laboral que conllevan la necesidad de formación permanente y la omnipresencia de los medios de comunicación de masas, son atributos presentes en la sociedad actual. Están con el cambio permanente debido al incremento de la información y la generación de conocimiento, y a la proliferación y uso de la tecnología implícita en cada una de ellas.
La producción continua de conocimientos científicos, por ejemplo, es consecuencia de la rápida y ágil interacción que la tecnología permite entre diferentes grupos de investigadores, traducida en la colaboración de expertos de diferentes países o la creación de grupos interdisciplinarios transnacionales, además de la difusión mucho más rápida del conocimiento y la aparición de equipamiento cada vez más potente para el procesamiento de diferentes tipos de datos.
Nada es como era y todo se modifica rápidamente. La diversificación de los soportes de la información pone al alcance de la mayoría de los ciudadanos un gran volumen de información. Esto implica una actualización permanente de los conocimientos a adquirir nada más para entender o simplemente funcionar en el mundo en que vivimos.
Es preciso preguntarse cómo estamos preparando a niños y jóvenes, y cómo nos estamos preparando nosotros como educadores para gestionar ese cambio continuo, más ese incremento exponencial de información y de soportes tecnológicos, sin olvidar el desarrollo de una actitud crítica que nos lleve a analizar por qué nos vemos sometidos al imperativo tecnológico. Ese imperativo que nos hace aceptar sin crítica, cualquier nueva tecnología sin saber si comporta o no una mejora real para nuestra vida o trabajo.

2. Sobre la educación que tenemos: mucha información, poco conocimiento, nada de tecnología.
Cualquier educación que se precie de tal debería brindar a los estudiantes las oportunidades adecuadas para el desarrollo de los conocimientos y capacidades necesarias para vivir y trabajar en la sociedad a la que pertenecen. Y dadas las características señaladas para el mundo actual parece un requisito fomentar en el alumnado hábitos y actitudes que le permitan:
Seguir aprendiendo durante toda su vida.
Aprender a dar significado a la información de que disponen.
Interactuar con los distintos tipos de soportes en los que aquella se presenta.
Nosotros como educadores necesitamos habilidades similares. Quizás pueda resultar de utilidad preguntarnos si la escuela que tenemos tiene posibilidades de responder a este reto.
Aunque nuestras competencias tecnológicas tienen que potenciarse independientemente de las características de los entornos escolares actuales, estos atributos no parecen potenciar ni el aprender de forma continua, ni la capacidad para dotar de sentido toda la información que en distintos soportes tecnológicos el mundo de hoy nos proporciona.

3. Sobre la educación que necesitamos: más autonomía, nuevos roles, otras pedagogías, más tecnología.
Diferentes organismos nacionales e internacionales advierten de la necesidad de cambios que afectan tanto la estructura de la escuela como la forma de concebir el aprendizaje y la enseñanza para la sociedad de hoy. Uno de los aspectos importantes es la inclusión de las tecnologías más actuales. Las TIC pueden potenciar un cambio en la escuela sólo si son acompañadas de otras mejoras como:
a) Una estructura escolar más flexible desde el punto de vista organizativo. Que tenga mayor autonomía y dé más protagonismo a su comunidad de base: estudiantes, profesores, padres.
b) Un nuevo rol para los docentes. Que se transformen en facilitadores de la construcción de conocimiento en un mundo donde este muta rápidamente y donde se hace imposible saberlo todo.
c) Una organización de redes de aprendizaje que permita abrir los centros educativos a la comunidad.
d) Una nueva manera de entender la evaluación.
e) Un currículum más flexible para garantizar la individualización del aprendizaje. Asimismo, la escuela no tendría que ser el único sitio de aprendizaje para los estudiantes.
f) Más recursos en infraestructura física, más y mejores aparatos y conexiones. Sin este incremento, será muy difícil la utilización de las TIC.
Será necesario desarrollar nuevas competencias. Aprender a planificar la enseñanza desde una perspectiva pedagógica personal, utilizando la metodología que se considere más idónea. Aprender a desarrollar materiales trabajando en conjunto con personales especialistas en estos desarrollos, lo que significa convertirse en una persona que fácilmente puede situarse frente a las posibilidades que ofrece un medio determinado, ya sea por el lenguaje que utiliza o por las características de las herramientas informáticas que permiten su desarrollo. Planificar y llevar a cabo una evaluación diversificada coherente con la perspectiva desarrollada.
Esta forma de entender la enseñanza y el aprendizaje, precisará de profesionales con una preparación pedagógica que fomente la visión integrada del conocimiento, su autonomía y su propia capacidad de aprender.

4. Sobre las competencias a desarrollar.
Las competencias implican el desarrollo de capacidades, de usar funcionalmente los conocimientos y habilidades en contextos diferentes para desarrollar acciones no programadas previamente. Las TIC como tales, son utilizadas siempre con un fin diferente a ellas mismas, y por tanto, incluyen competencias que las trascienden.

Sobre las competencias del profesorado.
Un docente es un profesional que requiere un cúmulo de habilidades para ayudar a desarrollar el aprendizaje autónomo del estudiante. La función del docente es facilitar aprendizajes, propiciando las condiciones más acertadas, proporcionando actividades, sugiriendo o proponiendo recursos y materiales necesarios para lograr los objetivos planteados.
Esto implica que el docente tiene una visión integrada del conocimiento. En este sentido, Morín (2001) en su obra Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, destaca las siguientes competencias:
i. Tener en cuenta las limitaciones del conocimiento humano.
ii. Adquirir un conocimiento global y contextualizado, que la especialización por disciplinas a veces dificulta.
iii. Abordar la condición humana en sus múltiples dimensiones.
iv. Ser conscientes de que vivimos en un mundo globalizado.
v. Aprender a afrontar incertidumbres comunes a todas las ciencias.
vi. Disponer de una formación ética imposible de separar de la construcción del conocimiento.
Estas maneras de hacer, de interactuar con el conocimiento, implican una relación con él más amplia y polivalente. Involucran el conocimiento de un saber pedagógico que permita utilizar metodologías o estrategias alternativas para gestionar procesos de aprendizaje identificando los diferentes momentos, las aproximaciones diferentes de cada estudiante y sus estilos de aprendizaje, aplicando formas de evaluación acordes y utilizando los recursos tecnológicos disponibles. En este sentido, es importante entender la tecnología, no ser sólo un usuario de recursos tecnológicos sino un agente que se apropia de ellos en función de sus intereses, integrándolos como ayudas al aprendizaje.
Definimos al docente como un profesional, el cual, se sitúa en un contexto que analiza y a partir de allí define su curso de acción. Con entender la tecnología se quiere decir que su uso es elegido en función de situaciones particulares de enseñanza. Su utilización es precedida por su apropiación.
Esta visión, entender la tecnología, está representada por lo que Área (2001) llama un modelo educativo integral que permite cualificar y alfabetizar en el uso de las nuevas tecnologías y que requiere el desarrollo de cuatro ámbitos o dimensiones formativas:
o Dimensión instrumental: relativa al dominio técnico de la tecnología.
o Dimensión cognitiva: relativa a aprender a utilizar de forma inteligente la información. En relación al profesorado, incluiría el uso inteligente de la tecnología en el sentido en que ésta se integra en la visión más amplia de lo que implica para el docente enseñar y aprender. Algo que le permite evaluar cuándo un medio es adecuado o no y por qué, más allá de cualquier imposición.
Se relaciona con un uso profesional, inteligente, contextualizado de las TIC. Se trata de conocer las posibilidades de utilización de las TIC en la diversidad de tareas que desarrollamos como docentes, de evaluar hasta qué punto dadas las posibilidades de un recurso resultan útiles, mejores o peores para el desarrollo de la docencia.
o Dimensión actitudinal: relativa al desarrollo de un conjunto de valores y actitudes hacia la tecnología, de modo que no se caiga ni en un posicionamiento tecnofóbico ni en una actitud de aceptación acrítica.
Tiene que ver con desarrollara actitudes positivas hacia las TIC, sin recaer en usos acríticos. A veces es mejor usar un medio convencional que las TIC, depende del contexto, del docente, de su metodología, etc. Se trata de lograr una posición intermedia. Se requiere una actitud abierta a la reflexión y formación permanente.
o Dimensión política: relativa a la toma de conciencia sobre la influencia de la tecnología en nuestras vidas. Implica considerar y comprender las implicaciones económicas, ideológicas, políticas y culturales de las tecnologías en nuestra sociedad.

Sobre las competencias del alumnado.
Las competencias a promover en relación al alumnado giran alrededor de la posibilidad de desarrollar un aprendizaje autónomo. El primer reto, tiene que ver con promover su capacidad de formularse problemas y hacerse preguntas, los cuales le ayudarían a marcarse sus objetivos de aprendizaje.
En segundo lugar, parece importante el hincapié en el desarrollo de todo tipo de estrategias de aprendizaje. Aprender a conocer, supone utilizar todos los soportes en que se presenta la información, aprender a decodificar de manera inteligente y crítica sus mensajes y a la vez ser un productor de mensajes considerando lo diversificado de los códigos que circulan hoy día.
o Competencias instrumentales y cognitivas: se trata de ser un usuario eficaz y en lo posible eficiente de cualquier tecnología digital. Implica el uso inteligente de la tecnología, es decir: el desarrollo de estrategias de búsqueda, selección, organización y análisis de la información en diferentes soportes y fuentes; conocimiento de los diferentes lenguajes que utilizan los medios.
Se trata de competencias que permiten dar sentido a la información. Esto no sólo nos hace más críticos, sino que nos permite desarrollar diferentes maneras de expresarnos.
o Competencias actitudinales y políticas: por lo general, el alumnado suele tener una disposición positiva hacia el uso de las tecnologías. Aunque no utilizan estas herramientas para su desarrollo académico, sino más bien en su tiempo de ocio y como entretenimiento. Por tanto, disposición positiva, se referirá también a una predisposición de uso en actividades de aprendizaje. Cabe promover el desarrollo de una actitud que vea en las TIC un aliado para el estudio, para indagar analizando la información y buscando los medios más adecuados.

5. Sobre los posibles problemas a enfrentar.
las infraestructuras físicas: uno de los principales problemas con que nos enfrentamos para la utilización del entorno virtual es la falta de recursos informáticos actualizados, la falta de mantenimiento y la falta de competencia de las escuelas para gestionar un servidor propio.
Las infraestructuras son insuficientes y no responden a los cánones de tecnología de punta.
Las representaciones de lo que es aprender: la mayor parte del alumnado, padece la falta de hábitos de trabajo autónomo. Pretender promover un tipo de aprendizaje donde el rol del estudiante es crucial y muy comprometido tanto desde lo cognitivo como desde lo emocional, es un paso difícil que requiere tiempo y ejercicio y que será un obstáculo ineludible e irrenunciable en el desarrollo de competencias para la sociedad actual.
Las dificultades que comportan los nuevos roles: parece costoso asumir el papel de orientador pero a la vez de investigador-aprendiz. Los docentes estamos acostumbrados a tener “todas” las respuestas sobre una parcela de conocimiento pequeña y un poco anquilosada. En la propuesta de desarrollo de nuevas competencias es muy importante asumir nuevas funciones y roles, en donde todos aprendemos y en donde la posición ventajosa del docente es ser un “aprendiz” con un grado de experiencia mucho mayor que puede transferir gran parte de sus habilidades y estrategias de aprendizaje así como conocimientos que ya haya adquirido más por experiencia de aprendizaje que por ser el experto en un área determinada.
La organización rígida del espacio y del tiempo: la organización de espacio y tiempo vigente en los centros y que atiende a una visión técnico-racional o monocrónica del tiempo, donde tiempo y espacio se consideran lo mismo para todos no importa lo que tengan que hacer, entra en colisión con una visión subjetiva o policrónica, más afín con propuestas centradas en el aprendizaje autónomo, donde tiempo y espacio se gestionan en función de lo que haya que hacer en ellos, y por tanto, requiere de una flexibilidad mayor por su sensibilidad a las necesidades de las tareas a realizar.

6. Por dónde empezar: posibles líneas de acción.
Primera aproximación:
Ø Incorporar las TIC para realizar tareas que ahora mismo se hacen y forman parte de nuestra práctica de enseñanza cotidiana. Esto permitirá comenzar a familiarizarse con las TIC.
Ø Diversificar los tipos de medios que se utilizan para desarrollar las prácticas de enseñanza integrando la mayor parte de los recursos disponibles, siempre que aporten y tengan sentido en el desarrollo de una propuesta.
Ambas acciones ayudarían a desarrollar unas mínimas competencias instrumentales así como a crear una disposición positiva hacia estas herramientas. También permitiría desarrollar un criterio propio acerca de las posibilidades y limitaciones de esta tipo de recursos como competencia cognitiva.
Segunda aproximación:
Ø Iniciar un proceso de investigación que permita informarse sobre tipos de recursos y experiencias que se llevan a cabo en la docencia. Esto posibilitará poder juzgar desde una perspectiva propia el valor que pueden tener en el desarrollo de las prácticas de enseñanza.
Ø Desarrollar experiencias alternativas a la lección tradicional.
Ø Fomentar en las clases el uso diversificado de medios en donde obtener información. En este sentido, es preciso alfabetizarse y alfabetizar en el uso de medios.
Ø Promover la expresión de los estudiantes a través de la producción de mensajes en diferentes soportes físicos y simbólicos.
Ø Crear materiales propios de diverso tipo (multimedia, audiovisuales, etc.) que apoyen el desarrollo de las propuestas de enseñanza.
Ø Participar y organizar debates en relación a las consecuencias que el uso de las TIC tienen hoy en nuestra sociedad.
No es posible desarrollar estas acciones sin encarar un serio e ininterrumpido proceso de formación permanente. Una formación que además de impartir cursos sobre el hardware o software concretos, permitan reflexionar sobre la enseñanza, de manera de seleccionar o no, producir o no, los materiales que mejor se adapten a cada manera de enseñar.

1 comentario:

  1. Conclusión: las nuevas tecnologías deben ser incorporadas en los ámbitos educativos, que no pueden ignorar la variedad de soportes a partir de las cuales los alumnos pueden acceder a la información y al conocimiento. Sin embargo, esta incorporación de las TIC a la educación, debe estar acompañada de un proceso de formación permanente por parte de los docentes y un uso racional y crítico de las mismas.

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